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EL TIEMPO QUE NOS QUEDA, DE ALEJANDRO GAYVORONSKY- DIRECCION  RAMIRO PEIRANO

Dentro de la bienvenida costumb re de      la SALA VERDI y ahora del TEATRO SOLIS  de ceder su sala en días de semana a grupos dramáticos nacionales, llega esta obra del joven (33 años ) dramaturgo sanducero representada en condiciones de muy alta calidad.

No me extrañaría nada que Alejandro termine escribiendo algún día una obra maestra. La presente obra está escrita con tanta capacidad , con diálogos constantemente excelentes, que es perfectamente visible que apenas el autor encuentre un tema a trasmitir podrá llevarlo adelante con gran maestria.

La presente obra en realidad deja una cierta sensación de incompleta, como si quisiera haber llegado a algún punto pero  no llegó.

Se limita a plantear una situación, y ponerle   fin arbitrariamente en un punto, pues pudo haber terminado antes o continuar ya que las situaciones que expone no tienen en realidad un final.

Un matrimonio desavenido en el que ella  planea divorciarse y él juega a no verlo con desesperación y una fingida locuacidad, sufre tensiones derivadas de un reciente diagnóstico de cáncer que ha recibido ella, y el descubrimiento también reciente de que él la engañado, si bien la mujer no sospecha ni de cerca con quien ha sido, ya que piensa que ha sido con la madre de alguno de los alumnos de él ,que es maestro cuando en realidad ha sido una única vez ,en su propia casa y con su hermana menor recientemente enviudada.

A ellos se suma en una cena tensa que no llega a su fin, el hermano de él recién salido de la cárcel y la joven hermana que quisiera dar continuidad a su relación con el marido de su hermana, pero éste no lo quiere así, màxime en la situación angustiante en que se encuentra desde  que ella le ha contado lo de su enfermedad.

La obra, excelentemente dirigida, cuenta con 4 intérpretes notables  SERGIO PEREIRA,ADRIANA DO REIS,ALVARO POZZOLO Y NOELIA CAMPO  con total destaque para Pereira en un agotador y exigente papel que lo tiene constantemente entre el llanto y una risa forzada,  y Do Reis que tiene que proyectar hacia el exterior un personaje contenido que se expresa por repentinas explosiones.

Se aconseja verla.