EL IDOLO (Ya tayr el tayer ) DE HANY ABU ASSAD -GUION DEL MISMO Y DE ZAMEH ZOABI- PALESTINA 2016.
NO EXHIBIDA EN LATINOAMERICA
GANADORA DEL PREMIO DE MEJOR FILM POR EL JURADO DEL
PUBLICO EN NUEVA ZELANDIA, NOMINADA EN LOS FESTIVALE S DE MINNEAPOLIS Y ROTTERDAM
Es uno de
esos casos donde la realidad supera a toda ficción que inventemos.
Mohammed Assad ganó en 2013 el concurso ARAB IDOL
en Egipto. Su victoria dio lugar a masivas demostraciones de júbilo en
Palestina, y los países árabes circundantes, donde fue vivido como un momento
simbólico del surgimiento de dicha nacionalidad.
Mohammed pasó luego a desempeñarse como Embajador
de buena volutad de la ONU.
Su victoria, tal como la relata el film, no fue
realmente fácil ni nada que se le parezca.
Mohammed nació en Gaza, hijo de una familia pobre
palestina. Desde pequeño evidenció dotes musicales y una aspiración a cantar.
El, su hermana y un grupo de amigos
sueñan fundar una Banda y llegar a tocar en Egipto. Pese a la precariedad de sus instrumentos logran tocar en casamientos
locales. Con el dinero así ganado, más
la venta de pescado que ellos mismos pescan, intentan juntar el dinero para
comprar mejores instrumentos. Pero son
estafados por el contrabandista local que los deja sin dinero y sin los
instrumentos.
En toda esta primera parte asistimos al precario
estilo de vida en esa verdadera cárcel que es Gaza, de la cual es imposible
salir pues sus fronteras están selladas y sólo hay comunicación con el exterior
a través de un túnel subterráneo clandestino que lleva a Egipto, que pronto
será sellado por los egipcios. Ni
siquiera les es posible viajar a Cisjordania , el otro territorio de Palestina, porque para
ello deben atravesar un corredor y puestos de control israelíes que les exigen
documentos de los cuales carecen.
El grupo termina abruptamente cuando la entusiasta
hermana de Mohammeed enferma gravemente y fallece. Mohammed se concentrará a
partir de ese momento en estudiar canto y luchar por poder presentarse en el concurso.
Tiene una primer experiencia negativa cuando , imposibilitado por los ocupantes
israelíes de viajar fuera de Gaza, las autoridades del concurso aceptan que
participe tocando a través de Skype, para lo cual deberá luchar por
conseguir un generador de electricidad
porque Gaza carece de ella.
Diez años después, Mohammed es un chofer de taxi que lleva sus pasajeros de un
lugar a otro de la ruinosa localidad y aún persigue el sueño de participar en
el concurso. Finalmente lo conseguirá merced a una visa forjada para viajar a
Egipto y la generosidad de uno de los participantes que admirando su canto le
cede su entrada a la competición, en la
cual tiene un triunfo resonante.
El film adolece del defecto de ser bastan te didáctico y de contener varias
frases –mensaje en negrita, p ero es imposible
no sentir simpatía por ese joven que
vence la adversidad de haber nacido en un lugar donde es imposible vivir y haber
conseguido trascenderlo y enviar un mensaje a la humanidad sobre la existencia
de un pueblo oprimido que está siendo condenado a la desaparición, el hambre y
la miseria.
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