ESPECTACULO EGRESO DE LA ESCUELA DEL TEATRO
CVIRCULAR DE MONTEVIEDEO GENERACION 2013
TEATRO CIRCULAR
Es casi un milagro pero el Teatro Uruguayo sigue
vivo y formando nuevos valores. Golpeado por la crisis económica y la dictadura que quebraron el período de oro
en el que había un público cautivo que llenaba salas que competían por él
incluyendo la Comedia Nacional en el Solis y en el Sala Verdi, algunas compañías
privadas con destaque del TEATRO DE LA
CIUDAD DE MONTEVIDEO creado por Larreta-Zorrilla-Guarnero,
y las Cias de Teatro Independiente (EL GALPÒN, CLUB DE TEATRO,TEATRO UNIVERSAL,LA
MASCARA, TEATRO CIRCULAR ), se veían espectáculos de gran calidad artística que
podían rivalizar con el que se veía en ciudades de mayor porte y mayor fama en
el mundo, y algunos de ellos tenían tanto éxito que llegaban a durar más de un
año en cartel.
Pero la llama no se ha extinguido como lo prueba
este núcleo de jóvenes y talentosos actores que se atreve nada menos que con el
texto de Bertold Brecht, particularmente difícil de montar porque a sus
exigencias actorales se suman las del canto, ya que la obra ha sido concebida
como una Opera o para decirlo de una manera menos pretenciosa una Comedia
Musical, con algunas canciones que se han hecho célebres y que no so n
particularmente fáciles de can tar.
El elenco logra dar vida al texto en un fantástico
trabajo de equipo, con una excelente dirección, haciendo que uno se sienta
culpable de hacer destaques personales, algo que se hace inevitable a la hora
de mencioanr la interpretación vocal de JOSE CAMEJO que canta como un
profesional con una muy bien entonada voz.y la conmovedora creación de VALERIA
DOS SANTOS como Polly con algunas escenas de gran vuelo itnerpretativo. Aunque
para ser justos habría que destacar a todos y cada uno en lo que es un gran
logro colectivo.
Y para alegría mía el teatro Circular estaba hoy
Viernes completamente vendido, como en las mejores èpocas.
Es decir, hay valores en escena y hay público para
verlos.
Si tan solo se lograra que la TV no permaneciera ajena a estos esfuerzos y hubiera un mìnimo porcentaje de obras nacionales de ficción en su programación diaria que hicieran que –como en la vecina Buenos Aires- los actores locales sean conocidos por el público y atraigan espectadores a los Teatros.
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