ALMAS
ARDIENTES, DE SANTIAGO LOZA- DCIRECCION ALEJANDRO TANTANIAN- SALA CASACUBERTA- TEATRO MUNICIPAL GENERAL
SAN MARTIN
El
público, que llenaba completamente la platea del Casacuberta hoy Miércoles, un
dia laborable pero que tiene a su favor la ventaja de las entradas a 50% del
precio normal, disfrutó muchísimo del espectáculo riendo todo el tiempo a las
carcajadas, aún en momentos en los cuales no parecía esa la intención del
autor, y coronando la función con un estruendoso aplauso. Digo esto porque a mi
la obra no me gustó tanto y es bueno que haga la referencia aclarando que mi
opinión es muy minoritaria.
La
idea original es excelente y rinde algunos muy buenos momentos : un conujunto
de señoras paquetas de mediana edad se reunen
periódicamente en lo que ellas llaman pomposamente de TALLER LITERARIO
donde intercambian composiciones propias y comentarios sobre ellas. Estamos en
Diciembre del 2001 y aufera ruge una Argentina convulsionada por el derrumbe
del Plan Cavallo, el corrralito, la quiebra del gobierno y de los Bancos.
Las
composicionems de las Señoras en medio de tal crisis, donde hablan de la playa,
del sol y de sus sentimientos llegan a ser desopilantes no por el texto en sí
sino por su desubicación y lo son más aún sus intentos de describir lo que está
ocurriendo y sus reacciones frente a ello.
Pero
esto no sostiene una obra que se extiende por mas de 2 horas, que incluye
acompañamiento musical en vivo, un personaje masculino que hace apariciones constantes
en carácter de objeto sexual y una interminable sucesión de monólogos que yo al
menos recibí como divagantes, pedantes y a menudo enigmáticos.
El elenco
femenino es excelente con todas grandes actrices en sus papeles, en especial la
gran MIRTA BUSNELLI, a la que sin
embargo habría que agregarle alguna forma de amplificación dado que con los
deliciosos tonos variados de emisión de la voz que escoge según el texto, su
voz no siempre logra quebrar la barrera de sonido que le oponen el acompaña
miento orquestal, las otras actrices que hablan a viva voz y el público que ríe
sonoramente.
Claro
que parte de esto puede deberse a mi falta de adaptación a ver la obra desde la
mitad de la sala y no desde las primeras filas como es mi hábito, ubicación que
me vi forzado a adquirir dada mi falta de disponibilidad de fechas en otro día
que no fuera un Miércoles popular. Pero algo de lo que digo seguramente hay,
porque no me ocurrió lo mismo con las
otras integrantes del elenco.
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