ENCUENTRO EN
ROMA DE JORGE PALANT- DIRECCION HERMINIA
JENSEZIAN
TADRON (
NICETO VEGA Y ARMENIA )
Tuve la
suerte de ver a la gran ADELA GLEIJER en la segunda obra de
Teatro que
ví en mi vida ( EL CIRCULO DE TIZA CAUCASIANO DE BERTOLD BRECHT) en companía
del no menos grande JUAN MANUEL TENUTA, hoy infelizmente fallecido, que fuera
su esposo en vida. Desde entonces ha sido una de las actrices que más he
admirado y no me he perdido obra en la que actuase ella, tanto en su período de
EL GALPON DE MONTEVIDEO como en sus
actuaciones fuera de la Institución, como luego –exilio mediante – en Buenos
Aires. No creo que olvide fácilmente sus trabajos excepcionales en TIO VANIA DE
CHEJOV, LA DAMA DEL PERRITO, LA HEREDERA…
Gleijer sigue
siendo una notable actriz, capaz de proyectar hacia el exterior la vida
interior de un personaje con un solo gesto, un temblor de manos , una mirada y
su trabajo magistral en esta obra no hace más que reiterarlo. A su lado CONI
MARINO realiza una interpretaci+on de excepcional valor y no puedo pensar en mejor elogio hacia
ella que decir que es una digna compañera de reparto.
La obra en
sí tiene altibajos. Madre e hija vuelven a encontrarse en Roma luego de largos
años de separación y afloran las tensiones de todo lo que no se dijeron durante
todos estos años. La hija, que era una periodista en un diario de izquierda argentino, tuvo la
fortuna de ser enviada a Madrid a hacer un reportaje precisamente un par de
días antes de que los militares invadieran la publicación y la cerraran e
hicieran desaparecer a varios de los periodistas que allí trabajaban, entre
ellos la pareja de la joven que era asumidamente un integrante de una organización de extrema
izquierda.
Sola en la
ciudad, sin trabajo ni papeles ni vivienda debió pasar necesidades y someterse
a todo tipo de trabajos, inclusive alguno no confesable ( si bien queda la duda
de si es verdad o lo dice sólo por torturar a su madre ) Hasta que las cosas
parecían arreglarse con un empleo en un diario español donde conoció y se
enamoró de su actual pareja, que irónicamentge siendo ella y su familia judíos
, se llama Acmed y es de origen árabe. Pero la quiebra del diario nuevamente la
coloca en la calle junto a su pareja, hasta que parecen conseguir salir de la
crisis con un empleo en un diario de Roma con un salario modesto que les
permite alquilar el pequeñísimo mono ambiente donde viven.
La madre
carga sobre sus espaldas las quejas por el abandono, que no ha sabido
comprender, la muerte del marido y antes que ello la infidelidad de este, que
tuvo una amante estable con la cual la hija mantenía contactos.
Palant elige
un estilo fragmentario con breves escenas en orden no cronológico, algunas que
inclusive se repiten más de una vez con cambios importantes en los diálogos sin
que se entienda que se persigue con ello, lo cual impide que el tema alcance
totalmente el grado de intensidad que pudo haber tenido con otro esquema
narrativo.
Pero el
talento de las dos actrices justifica una escapada al TEATRO TADRON aunque ir hasta allí dependiendo de donde uno
viva puede ser un sacrificio porque es una zona muy mal servida por los
colectivos.
A mi me insumió
45 mi nutos de ida y otro tanto de vuelta, amen de media hora de cola para
garantizarse un buen lugar ya que como en casi todo el off los lugares no
son numerados.. O sea 2 horas de
preparativos para ver una obra de 1 hora
y cuarto.
Quizás eso
justifique un poco mi insatisfacción parcial con el espectáculo, que –repito- vale la pena ver
por el nivel actoral de sus dos protagonistas.
LASTIMA NO PODER IR A BUENOS AIRES!!!!
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