martes, 17 de mayo de 2016

teatro-@@@ VIGILIA DE NOCHE


VIGILIA DE NOCHE
DE LARS NOREN
VERSION Y DIRECCION  DE DANIEL VERONESE
TEATRO PICADERO
Una producción original del Complejo Teatral BuenosAires, estrenada originalmente en la Sala Cunil Cabanellas del TGSM, hoy cerrado por reformas.
Noren es un importante autor sueco que ha dirigido los Teatros Estatales de Estocolmo y Gotemburgo. Sus obras presentan situaciones límite de las relaciones interpersonales y familiares y se caracterizan por extensos y exasperados diálogos desarrollados extensamente en textos cuya representación integral llevaría más allá de las 5 hortas, lo que ha llevado a que , como en el presente caso, la escenificación se haga sobre la base de una drástica reducción e menos de la tercera parte del texto original.Y se agradece.
Noren reúne en una casa a dos hermanos que están  alejados y que se han reencontrado en la ceremonia de cremación de su madre recién fallecida y sus respetivas esposas. Hay una gran tensión entre ambos hermanos que se atacan más allá de lo razonablemente esperable y a su vez cada uno de ellos sostiene una relación muy conflictuada con sus respectivas  mujeres, con las que se encuentran al borde de la separación.
Todo esto es expuesto en una sucesión de escenas violentas , donde los personajes se atacan, se insultan, sacan a luz sus más íntimas heridas y frustraciones.
El conjunto suena excesivo, sobrecargado y más bien supérfluo, pero es redimido por 4 excelentes actuaciones de los integrantes del elenco, que dejan el alma en el escenario y acaban la función auténticamente destrozados.
LUIS MACHIN  tiene a su cargo un personaje ingrato, agotador poco proclive a exteriorizar sus heridas y que cuando lo hace afloran en forma de violencia. El actor logra un  trabajo mayúsculo. A su lado MARA BESTELLI  tiene un  trabajo también agotador porque mayormente se expresa a través de silencios y contraescenas. No más descansado precisamente es el trabajo de PILAR GAMBOA que es más bien una llaga expuesta y a la que la acrtiz le aporta todo el genuino sufrimiento de una intérprete que se entrega de lleno a su personaje. Y WALTER JAKOB encara con total convicción  a su marido que oscila entre verla como un paciente analizable o como una pareja real.
Por ellos vale la pena ver la obra.










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