POTESTAD, DE EDUARDO PAVLOVSKY - DIR WALTER SILVA- ILUMINACIÓN HECTOR GUIDO
TEATRO CIR CULAR-SALA 2
Pavlovsky,fallecido hace 3 años a la edad de 82
años, además de actor director y autor de obras teatrales era Sicólogo y todas
sus obras se caracterizan por la rica estructura sicológica de sus personajes y
de las situaciones retratadas.
Esta
verdadera obra maestra no es
precisamente la excepción.
Durante toda la primera parte asistimos a la
narración de un padre que ha tenido una hija después de muchos años de
intentarlo infructuosamente, y de ahb er desistido, al cual una tarde de
domingo estando en su casa le es
arrebatada la hija por desconocidos que la secuestran sin pronunciar palabra y
nunca más vuelve a saber de ella , si bien sobre el final comienza a recibir
llamadas telefónicas donde nadie habla, que él quiere creer son de su hija a la
cual la dejan oír pero no hablar. El secuestro lo precipita en un abismo de
soledad, con su relación de pareja totalmente destrozada , así como su relación
con amigos y vecinos que lejos de
brindarles apoyo y contención , por temor se alejan de ellos queriendo mantenerse
totalmente al margen de lo ocurrido, en medio al clima de terror en que vivía
Argentina en el momento de la acción
Sobre el cuarto de hora final el relato da un brusco vuelco retrotrayéndose
al momento en que su hija hizo irrupción en su vida, que lo muestra con una
máscara menos victimizada, que hace aún más trágio su presente final.
La obra está magistralmente escrita, especialmente
por la forma detallista con que el protagonista narra lo que ha ocurrido
deteniéndose en pequeños detalles, como si deliberadamente retardara el momento
de narrar lo que ocurrió.
El director ha logrado una puesta de gran
intensidad y precisión, que se convierte en absolutamente conmovedora gracias a
la actuación magistral de JULIO CALCAGNO que se entrega con alma y vida a su
desgarrador personaje en una de las más importantes actuaciones que he visto
en los últimos años. A su lado RENATA
DENEVI tiene a su cargo un papel mudo, un testigo conmovido del relato, que a
la vez oficia ostensiblemente de apuntadora adelantándole textos al actor.
Creo recordar que este personaje no existía en la
versión original de la obra que ví en
Buenos Aires, estrenada por el propio Pavlovsky, por lo cual me quedo con la
duda de si ha sido un recurso expresivo del director, o simplemente una precaución necesaria dada la edad del
actor, que ya dobló el codo de los 80 y lo extenso del texto a
memorizar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario