EL VESTIDOR, DE RONALD HARWOOD- VERSION DE
F.MASLLORENS Y F.GONZALEZ DEL PINO
DIRECCION CORINA FIORILLO
ESCENOGRAFIA- GONZALO CORDOBA ESTEVEZ
TEATRO PABLO PICASSO –PASEO LA PLAZA
La obra original de autor sudafricano, basada en
parte en sus propias experiencias como vestidor de Sir Donald Wolfit, uno de
los últimos grandes actores y directores de actores en Londres, fue un suceso
instantáneo desde su estreno, recibiendo
numerosas puestas algunas de ellas con actores ilustres. Y dos versiones
cinematográficas , la primera con ALBERT FINNEY Y TOM COURTENAY , la
segunda con ANTHONY HOPKINS E IAN
MCKELLEN.
Courtenay representó el papel del vestidor en las
versiones de Londres y Nueva York y cosechó una apreciable lista de premios
como mejor actor incluyendo el TONY el BAFTA y el GOLDEN GLOBE.
La obra gira principalmente alrededor de dos personajes
centrales : SIR ( o como lo han traducido SU EXCELENCIA ) el actor, director y
propietario de una Cia. Shakesperiana itinerante, que comienza a enfrentar el problema
de la declinación de sus facultades mentales, principalmente la memoria
resultándole difícil recordar los parlamento y hasta cual es la obra que se
representará hoy, y Norman su fiel atendiente de vestuario que ha sido mucho
más que eso en su vida, enteramente dedicada a servirlo, confortarlo,
mantenerlo en calma , en una relación de entrega total que habla a las claras
de un sentimiento muy profundo y muy íntimo, que el otro acepta y usufructa
pero no reconoce , al punto que en su libro de memorias al hacer las menciones
de las personas que han coadyuvado a su suceso ni siquiera lo menciona. Es que
Sir es casi un monstruo egocéntrico que
ha edificado una Cia a su alrededor y para su mayor gloria ( son en este sentido
clarísimas las instrucciones que da a un actor que debe contraescenar con él
para que no rivalice con su lucimiento. ).
Bien ambientada y movida, con un elenco de
actrices de muy buen nivel, la obra es
como siempre un vehículo para el lucimiento de sus dos actores principales.
Aquí ARTURO PUIG y JORGE MARRALE dejan directamente
el alma en el escenario y ratifican sus grandes condiciones actorales, si bien
confieso a regañadientes que a mí me cuesta bastante visualizar a Marrale como
actor de Shakespeare y a mi entender a Puig se le escapan algunos matices más
profundos de su personaje.
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